
La Administración de Estados Unidos liderada por Joe Biden ha publicado un documento en el que se detalla la estrategia de seguridad nacional de la nación, donde China ocupa una posición central. Según el documento, la República Popular de China (RPC) es el único competidor que tiene la intención y la capacidad económica, diplomática, militar y tecnológica para remodelar el orden internacional. Estados Unidos está tomando en serio la amenaza y está haciendo todo lo posible para estrangular el desarrollo tecnológico y armamentístico de China. Aunque también destacan la importancia de que ambos países contribuyan de manera conjunta al progreso de la humanidad.
Por su parte, China tiene un plan para defender sus intereses, protegiendo uno de sus sectores estratégicos: su industria tecnológica, y en particular, la de los semiconductores. Actualmente, Singapur es uno de los principales referentes tecnológicos e industriales del mundo y China lo considera el espejo en el que debe mirarse Hong Kong.

La presidenta del NPP de Hong Kong, Regina Ip Lau Suk-yee, ha publicado un artículo en el que defiende la implementación en su ciudad de la estrategia que ha permitido a Singapur afianzar el desarrollo tecnológico que tiene actualmente. El Gobierno de Hong Kong está desplegando un plan que persigue transformar la ciudad en un centro tecnológico e innovador claramente inspirado en Singapur.
China necesita desarrollar su tecnología para superar las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados, y tiene los recursos económicos y el ecosistema industrial necesarios para lograrlo. Sin embargo, para hacer posible el desarrollo, necesita una mayor inversión en investigación y desarrollo, así como en la formación de profesionales altamente cualificados en tecnología. Además, China también está trabajando en el desarrollo de su propia tecnología de semiconductores, con el objetivo de convertirse en una potencia tecnológica mundial.